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Cuentos de niebla

GOTAS Y LÁGRIMAS

GOTAS Y LÁGRIMAS Se desliza una gota de agua por el interior de la botella. A su paso queda el camino de una estela, como una lágrima sobre el plástico transparente. Es como si hubiera llovido dentro. Como cuando llueve dentro de mis ojos, pero las lágrimas no mojan. Es una tristeza líquida-seca, que empaña pero que no desborda; una tristeza que humedece el alma pero no los ojos.
Paso el dedo por los contornos reducidos de la botella de agua. Contemplo abstraída las gotas que quedan prendidas de su interior como lágrimas rebeldes que se resisten, que se niegan a si mismas, huyendo se su final: precipitarse al fondo, unirse con las demás, con las que todavía quedan. Unirse a ellas, dejar de ser gotas aferradas a una resbaladiza pared de plástico. Algunas no podrán más y acabarán deslizándose, dejando un camino de lágrimas derramadas con regusto a derrota. Caerán al fin y formarán parte del resto de derrotadas, de vencidas. Otras, las que menos, acabarán secándose adheridas a su pared, aferradas a un sueño que no llegará: volver al mar. Su muerte, su final puede parecer más glorioso que el de sus compañeras, pero no es así. La desesperada supervivencia no es nada glorioso, es un instinto primario.
Algunas lágrimas se han secado igual en mis ojos. Ésas me duelen más que las que he derramado, las que por un momento han liberado parte de mi pena exponiéndola al aire. Juntas forman un mar, el mar de mi tristeza volcado en gotas de lluvia. El único mar que ellas conocerán jamás.
Algunas lágrimas se han secado en mis ojos antes de salir. No han dejado correr libre la pena acumulada en oleadas. Olas de rabia y dolor. Olas de repulsión, de miedo o de amor contenido. Olas espumosas que chocan contra mis ojos, contra los vértices de mi alma dolorida.
A veces me siento como esta botella: vacía, reducida, demasiado transparente y frágil. Veo a través de mí las lágrimas secarse por orgullo, por dignidad, por cobardía.
Veo como algunas logran deslizarse. Lloro al fin. Llueve dentro y fuera de mí. Llueve con insistencia. Una soledad líquida empaña mi mirada.
Y nadie puede entenderme porque yo no quiero. Porque aunque parezca transparente no lo soy. Tampoco frágil. No como los demás creen. Los que miran sin ver. Los desconocidos, los que más. Los que nunca llegarán a comprender la soledad líquida que resiste escondida detrás de mis ojos. Los ojos transparentes que ahora ven caer la lluvia tras los critales.
Barcelona, 16 de mayo del 2000

1 comentario

uska -

te sientes mal? te sientes fragil pero quieres fuerte?si no quieres, si no puedes no luches contra ti. No pienses. No seas una gota más.